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Cospedal, Rajoy y Arenas, este lunes, en el Comité Ejecutivo.
Rajoy no hará cambios ni en el Gobierno ni en el PP pese al varapalo electoral

Rajoy no hará cambios ni en el Gobierno ni en el PP pese al varapalo electoral

El presidente rechaza, en su comparecencia tras el Comité Ejecutivo Nacional del PP, que Ciudadanos ponga condiciones para futuros pactos

Nuria Vega / Álvaro soto

Lunes, 25 de mayo 2015, 13:26

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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha comparecido ante los medios al término del Comité Ejecutivo Nacional del PP que se ha celebrado en Génova y ha dejado claro que no va a haber no ya una revolución, ni siquiera pequeños retoques, en su estrategia política. "No tengo intención de hacer ningún cambio ni en el Gobierno ni en el partido", ha indicado Rajoy, que a la pregunta de si se considera el mejor candidato del PP para las próximas elecciones, ha contestado: "Creo que sí".

Sobre los acuerdos a los que tendrá que llegar su partido para gobernar, o para dejar gobernar, en diferentes comunidades o municipios de toda España, Rajoy ha pintado sus líneas rojas. "La estabilidad política es un valor. Ofreceremos pactos transparentes y estables. Siempre vamos a defender la primacía de la lista más votada", ha argumentado. Al ser cuestionado sobre la situación en Andalucía, ha respondido: "Nuestro candidato, Juan Manuel Moreno, ha entregado una serie de propuestas, pero quien quiere tener el apoyo para gobernar es quien tiene que tomar la iniciativa".

Rajoy ha concretado las condiciones que su partido pondrá sobre la mesa para futuros pactos: "Estabilidad; transparencia; control adecuado de las cuentas públicas para que se reduzca el déficit público y luego se reduzca deuda; todas las instituciones deben tener el objetivo de recuperación económica y creación de empleo". Sin embargo, ha dicho que no entrará en el debate de "si alguien nos exige o nos exige", en clara referencia a Ciudadanos. "Eso no me parece lo más apropiado para ir a una negociación", ha subrayado.

En su comparecencia, ha vuelto a incidir en la importancia de la economía. "El gran objetivo hasta el final de la legislatura es seguir trabajando para que los datos económicos y de empleo vayan cada vez mejor, que la recuperación económica llegue a todos".

También ha agradecido "la confianza de los seis millones de votantes, a los militantes y a los simpatizantes del partido, porque han hecho un gran trabajo". "Los resultados no son los que nos hubiera gustado tener, pero demuestran que el PP sigue siendo el preferido", ha aseverado.

Incredulidad en los territorios

En los territorios ayer no daban crédito a los mensajes que se lanzaban desde la sede central ubicada en la madrileña calle Génova. Mientras barones como Luisa Fernanda Rudi, Alberto Fabra o José Antonio Monago comparecían para admitir la pérdida del poder autonómico que han ostentado en los últimos cuatro años, el vicesecretario de Organización, Carlos Floriano, se aferraba a que el PP sigue siendo la fuerza más votada en España. "Tal y como estaban las cosas, no hemos salido tan mal parados", comentaban los populares en los pasillos del edificio que alberga la dirección. "No podemos perder cuando perdemos, y perder cuando ganamos", protestaban fuentes de la cúpula. En las regiones, sin embargo, el discurso era bien distinto. "El argumento de Génova no se sostiene, no vamos a defenderlo", lamentaban al mirar las ruinas a su alrededor.

La formación tendrá que ceder el Gobierno en buena parte de las autonomías que funcionaron como el motor que empujó a Mariano Rajoy a llegar a la Moncloa en 2011. Para empezar, muchos dirigentes populares echaron en falta la comparecencia del presidente, y el día en el que comienza la carrera hacia las elecciones generales, advierten de que la victoria a finales de año "es mucho más difícil" habiendo perdido el músculo en estos comicios. Si en el PP esperan el milagro de que los ciudadanos reaccionen tras ver a Podemos en algunos ejecutivos y coaliciones múltiples que desalojan a los populares del poder, fuentes territoriales advierten de que se vuelve a errar en el diagnóstico.

La dirección ha trabajado con la tesis de que los españoles castigarían al PP en esta cita con las urnas y que repensarían el voto en las generales. De ahí que la intención sea la de continuar por la línea que fijó Rajoy: sin cambios en el partido y con el relato de la gestión económica del Gobierno. A estas alturas, sin embargo, crecen las voces que alertan de que la formación se ha equivocado ya en las interpretaciones, en las encuestas y hasta en el rumbo.

Nunca llegaron las mayorías absolutas que se esperan en lugares como Extremadura, donde Monago tendrá que recoger sus bártulos tras ser superado por el PSOE, y Castilla-La Mancha, el campo de juego echado a perder de la también secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal. Tampoco se conservó Aragón. Y en la Comunidad Valenciana la debacle superó toda expectativa cuando la suma de la izquierda podrá desbancar tanto al presidente Alberto Fabra como a la eterna alcaldesa, Rita Barberá.

Descalabro en Madrid

Ni tan siquiera Esperanza Aguirre tuvo el empuje suficiente para hacer frente al resto de formaciones que sumarán más votos al agruparse en la ciudad de Madrid. Es la apuesta fallida de Rajoy, que sólo consiguió movilizar aún más a la izquierda para impedir a la 'lideresa' administrar la capital.

En este escenario, sube el volumen de las críticas internas. La número dos del PP, cuestionada desde hace tiempo, no podrá gobernar en Castilla-La Mancha, la dirección no ha podido impedir el batacazo y el presidente ha puesto a prueba su discurso económico y ha recibido a cambio el tercer aviso en forma de papeletas. En cada una de las elecciones del último año, europeas, andaluzas, y municipales y autonómicas, los ciudadanos han ido advirtiendo de sus intenciones. Pero ser primera fuerza en la suma de votos en toda España es el clavo al que se agarra Rajoy.

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