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Los bomberos y la Policía Local acceden al interior del edificio del antiguo colegio San José en la noche del pasado martes.
Nuevo conato de fuego en Maristas

Nuevo conato de fuego en Maristas

Una nube de humo negro que salía del interior del antiguo colegio alertó a los vecinos, que avisaron a los bomberos

Carmen Nevot

Jueves, 28 de agosto 2014, 19:40

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Los vecinos del entorno del antiguo colegio de los hermanos Maristas no ganan para sustos. En la noche del pasado martes vivieron un nuevo episodio, y van diez, cuando por una de las ventanas del centro, ahora propiedad de 'la Caixa', salía un espeso humo negro. Poco después de las 21 horas, los bomberos, que se encontraron abierta la puerta de esta propiedad privada, certificaban que no había llamas y que la humareda procedía de la quema de unos cables de cobre.

Al parecer, un hombre de unos 45 años, que previamente había instado tanto a la Policía Local como a los Bomberos a que se fueran del inmueble, había estado manipulando los mencionados cables. Se trata de un individuo de nacionalidad portuguesa que aparentemente estaba de 'okupa' en el interior del edificio. Según informó el concejal de Interior, Miguel Sáinz, el ciudadano luso se había preparado un habitáculo para dormir.

Una vez identificado, el supuesto inquilino de Maristas fue trasladado al albergue de la calle Herrerías, donde fue atendido y se le invitó a pasar la noche. Mientras tanto, agentes de la policía cerraban con cadenas y candados tanto la verja exterior de la calle Calvo Sotelo como la trasera de Ciriaco Garrido.

A partir de ahora, la Policía Local y los bomberos enviarán un informe a Servihabitat, sociedad inmobiliaria de 'la Caixa', detallando lo sucedido por si los representantes de la entidad desean presentar denuncia contra el ciudadano portugués por presunto allanamiento de una propiedad privada.

En julio del 2013, ante la presencia intermitente de 'okupas' en el antiguo colegio San José y los sucesivos conatos de incendio, el Ayuntamiento de Logroño requirió a 'la Caixa' para que acometiera los trabajos necesarios para el cierre efectivo de todos los huecos del inmueble. Tres meses después, la empresa había cumplido su cometido como así comprobaron los técnicos de la unidad de rehabilitación y arquitectura municipal en las sucesivas inspecciones, al menos tres, que se realizaron hasta noviembre.

Con motivo de este último capítulo en la historia de un inmueble llamado a convertirse en el edificio noble de una ambiciosa promoción urbanística -proyecto después malogrado- el Consistorio logroñés volverá a requerir a 'la Caixa' para que autorice una nueva inspección del interior y comprobar así el estado general de todo el edificio y «ver si se ha producido algún hueco, alguna rotura de ese tabicado que permita a esta persona o a otras entrar con facilidad», explicó Miguel Sáinz.

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