Borrar
Manifestación de esta mañana por Logroño
La comunidad educativa riojana rechaza la reválida de la Lomce

La comunidad educativa riojana rechaza la reválida de la Lomce

Asociaciones de padres, sindicatos, estudiantes y partidos centran sus críticas en el efecto segregador y la desautorización del profesorado que implican estas pruebas

Luis J. Ruiz

Miércoles, 26 de octubre 2016, 10:58

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La Rioja celebrará reválidas. Siempre y cuando así lo determine la ley. Desde la Consejería de Educación, su titular, Abel Bayo, fue claro en una entrevista concedida a Diario LA RIOJA. «Sí, sí. Vamos a tener evaluaciones finales [Bayo se ajusta a la terminología de la norma y no habla de reválidas] en cuarto de ESO y en segundo de Bachillerato siempre que el ordenamiento nacional lo determine. Nosotros siempre respetaremos la ley, nos guste más o nos guste menos». No entró en valoraciones sobre la prueba en sí.

El resto de la comunidad educativa -además de sindicatos y mayoritariamente partidos políticos- no esquiva la cuestión: las reválidas no gustan. Esa sería una forma políticamente correcta de hablar del futuro que les espera a los alumnos que cursan este año 4º de ESO y 2º de Bachillerato. Los apellidos que se le asignan a la prueba son muchos y duros: desde franquista (estudiantes) hasta segregadora, prehistórica, bárbara... Esa comunidad educativa, con infinitos matices, comparten una opinión: reclama al Ejecutivo (aún en funciones) que paralice las reválidas, que dé marcha atrás y que no implante un sistema que reúne un rechazo prácticamente unánime. La enésima escenificación de ese rechazo tiene lugar este miércoles: la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa) y el Sindicato de Estudiantes han convocado una jornada de huelga que en La Rioja respalda FAPA y a la que se han sumado la Plataforma por la Escuela Pública y diversas asociaciones estudiantiles.

LAS PREGUNTAS

  • 1.- ¿Qué son las reválidas?

  • Es una prueba indispensable para obtener los títulos de graduado en ESO y Bachiller que prevé la Lomce y que se realizan al término de la correspondiente etapa educativa.

  • 2.- ¿Qué contenidos se evaluarán?

  • En 4º de ESO se examinarán de todos los contenidos de los dos últimos cursos. En Bachillerato, de las materias de todo el ciclo.

  • 3.- ¿En qué estado se encuentra su desarrollo?

  • El pasado mes de julio el Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto sobre estas evaluaciones. El Ministerio de Educación se comprometió a publicar las órdenes sobre las pruebas antes del 30 de noviembre.

  • 4.- ¿En qué consistirán las pruebas?

  • Constarán de pruebas de las materias troncales (cinco asignaturas), dos opcionales y una específica, que no sea ni Educación Física ni Religión. Inicialmente el Ministerio tenía la idea de que en Bachillerato fuera un examen tipo test de 350 preguntas, pero seguirá un modelo similar al de la PAU preguntas a desarrollar, comentarios de texto...

  • 5.- ¿Quién fijará los contenidos de las pruebas?

  • Según el Real Decreto, el Ministerio determinará el marco general de la prueba, las características, el diseño y los contenidos. Y serán las comunidades autónomas las responsables de la aplicación material de las pruebas, incluida su elaboración, fijación de los tribunales, fechas...

  • 6.- ¿Cómo influirá en la nota final?

  • En la nota final de ESO contará un 70% la media del curso y un 30 % la de la prueba final; en Bachillerato el 60 % del peso de la nota será la media de las calificaciones del curso y el 40 % la obtenida en la evaluación final.

  • 7.- ¿Cómo será el acceso a la universidad?

  • La Lomce habilita a los centros a realizar sus propias pruebas de acceso. Desde el G-9 (grupo de universidades en el que está la UR) se ha diseñado un método que permitirá adaptar las notas de la reválida al sistema que se venía aplicando con la PAU.

«Las reválidas dejarán fuera del sistema educativo a los alumnos con mayores dificultades en las aulas [...] recuerdan a la época franquista», alertaba el lunes en un comunicado la asociación Alternativa Universitaria. Su portavoz, Álvaro Villar, abundaba en la crítica: «Entendemos que lo que quieren es expulsar a los alumnos de la educación y poner más difícil el acceso a la universidad», explicaba al tiempo que recordaba que no superar las reválidas implica no lograr el título correspondiente (ESO o Bachillerato) «condenando al alumno a un acceso precario al mercado laboral».

En línea con Villar, Eduardo Rojas, presidente de FAPA-Rioja, defiende que las reválidas «sólo tienen una motivación y no es acabar con el fracaso sino institucionalizarlo, marcar a determinados alumnos y segregar». Además alegaba que «no aportan nada bueno ni al estudiante ni al sistema educativo» y defendía el papel del docente y la importancia del actual sistema de evaluación continua.

Más ambigua puede resultar la posición de CONCAPA Rioja respecto a las reválidas. Por un lado, dice Carlos Torres, su presidente, siempre han visto «con buenos ojos que exista algún sistema externo que permita evaluar la calidad de la enseñanza» si bien, matiza esa máxima: «Algunas de las reformas aprobadas con la LOMCE, entre las que se encuentran las reválidas, no terminan de gustarnos». En cualquier caso, apunta, «no nos parece oportuna la convocatoria de una huelga» ya que, augura, «a corto o medio plazo» habrá una revisión de la norma.

Críticas «carentes de rigor»

En ese escenario de rechazos, la excepción la propone, desde el PP de La Rioja, el diputado regional Álvaro Azofra: «Las críticas a las reválidas de la Lomce se amparan en razones demagógicas y carentes de rigor», defiende al tiempo que descarta cualquier paralelismo con modelos históricos anteriores. «Los criterios serán muy parecidos a los de la antigua PAU», asegura, y recuerda que el único objetivo que ha movido al PP ha sido «defender una educación de calidad» por lo que «en muchas ocasiones hemos hechos un llamamiento a un pacto nacional de educación».

Todo a una carta

Dejando al margen al PP, el resto de los partidos con representación en la Cámara regional -que coinciden en recordar el llamamiento hecho al Ejecutivo riojano de paralizar la implantación de estas pruebas- se alinean en el rechazo a las reválidas. «No van a valorar el esfuerzo continuo de los alumnos y se va a jugar todo a un examen final que les va a limitar absolutamente», dice Ana Sainz (Podemos) antes de respaldar la huelga convocada.

Diego Ubis (C's) apunta que su partido es «más de soluciones que de huelgas», defiende el trabajo hecho por la formación naranja y deja claro que no les gustan las reválidas ya que habrá alumnos que las tengan que afrontar pese a que su recorrido educativo no ha sido cien por cien Lomce. «Cuando nadie cree en este tipo de pruebas, es necesario busca un consenso que tiene que partir de la comunidad educativa», defiende Ubis. «El problema es que hay una maraña jurídica que hace que nadie sepa qué tipo de prueba van a tener los alumnos. Es algo dañino para alumnos y profesores».

También Emilia Fernández (PSOE) respalda la huelga y alega que la reválida «nos lleva a un sistema del pleistoceno a la hora de examinar a los alumnos. No se pueden jugar su titulación en un día, es segregadora, se ponen impedimentos y se selecciona al alumnado. Nosotros vamos a seguir luchando contra la Lomce y buscando un pacto de estado».

Entre los sindicatos mayoritarios en el ámbito educativo, José Manuel Reinares (ANPE), que no valora la pertinencia de la huelga, explica que las pruebas «no tienen valor educativo, suponen una desautorización del profesor y echa por tierra la laboral de evaluación continua de los alumnos a lo largo de toda la etapa».

Pacto de Estado

En esa línea, Alicia Romero, (UGT) considera que en un escenario de rechazo compartido sería positivo que las fuerzas políticas fueran «responsables y estuvieran atentas a lo que dice la comunidad educativa». Por eso demanda «paralizar la puesta en marcha de una cuestión que provoca fuertes reacciones en la comunidad educativa. No tiene impacto positivo ni contribuye a mejorar la enseñanza».

El argumentario sindical lo completa Mikel Bujanda (Comisiones Obreras). «Es la primera vez en democracia que el profesor va a perder el papel que le corresponde, que es el de evaluación del alumnos», adelanta antes de explicar que «se deja ese papel de evaluación en una prueba externa. Quien va a otorgar el título de ESO y de Bachillerato va a ser una prueba externa que, además, no está garantizado que vayan a ser los propios docentes los que las desarrollen». «Esto recupera aspectos predemocráticos y atenta contra nuestra dignidad como profesores», completa.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios