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La Rioja no inspecciona las Viviendas de Protección Oficial desde hace tres años

La Rioja no inspecciona las Viviendas de Protección Oficial desde hace tres años

La caída de la demanda y la situación económica justifican, según Burgos, que se haya frenado la vigilancia en los pisos con ayudas públicas

Carmen Nevot

Jueves, 29 de enero 2015, 21:54

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En el 2011 La Rioja frenó en seco las inspecciones de vivienda de Protección Oficial. Lo hizo una vez concluido el plan de vigilancia 2010-2011. La decisión obedeció a la situación económica de entonces y a la caída en picado de la demanda de VPO, pero lo cierto es que desde hace tres años la Dirección General de Urbanismo y Vivienda, dependiente de la Consejería de Obras Públicas, no chequea el cumplimiento de los requisitos a los que los adjudicatarios se comprometieron cuando accedieron a ese piso a un precio, por lo general, más ventajoso que en el mercado libre y que debían utilizar como residencia habitual.

Los resultados de aquel primer y único plan puesto en marcha para poner cerco a los defraudadores -hasta entonces el control era esporádico y sin programación- fueron la clave, según el consejero Antonino Burgos, para que el Ejecutivo tomara la iniciativa y detuviera la vigilancia, al menos de oficio.

En casi el 80% de aquellas inspecciones en las que saltó la alarma -se abrieron 190 expedientes fruto de 28.774 actuaciones- el motivo fue la desocupación de la vivienda, una condición indispensable para ser adjudicatario y de la que se supone que todos son conocedores. Claro que en la mayoría de los casos el motivo de la desocupación alegado fue la escasez de recursos económicos de los adjudicatarios que no les permitía hacer frente a los gastos corrientes. Una razón de peso, al menos así lo considera Burgos, que inclinó la balanza hacia la paralización y por tanto a mirar a otro lado.

El segundo motivo de posible sanción más habitual fueron las obras que se habían hecho sin autorización en algunas viviendas o que los trabajos no eran acordes a la licencia que se les había otorgado. En este caso, también primaron razones humanitarias: «No tenía sentido que en una época en la que no había trabajo, nosotros se lo quitásemos a la gente cuando más lo necesitaba», abunda el titular de Obras Públicas.

Con estos resultados en la mano, el I Plan, que se había centrado en las viviendas protegidas calificadas al amparo del Plan de Vivienda 1998-2001 y del que englobaba los años 2002 al 2005, no tendría continuidad. Además, la demanda de estos pisos había caído en picado y, por tanto, en opinión de Burgos, el objetivo principal de las inspecciones, que era evitar situaciones de desigualdad en la concesión de las viviendas en un momento en el que la demanda en propiedad superaba con creces a la oferta, perdía su esencia.

La tesitura era «o se cambiaba la normativa o se paralizaba el plan». Se optó por lo segundo, reconoce Burgos. Además, en junio del 2012 se alcanzó el techo de Vivienda de Protección en stock. De las 23.518 existentes, 1.104 permanecían vacías. Poco después se retocó la normativa que regula la VPO en La Rioja con el fin de flexibilizar las fórmulas de disfrute de las viviendas. A la opción de compra, se sumaba la de alquiler y la de alquiler con opción a compra.

Reducción de requisitos

En el nuevo decreto aprobado en octubre del 2013 también se redujeron los requisitos especiales de acceso a dos: ingresos máximos e inscripción formal en el registro de demandantes de vivienda protegida en La Rioja. Se recoge que puedan a acceder a VPO también las personas jurídicas, si bien la vivienda debe permanecer siempre ocupada y destinarse a residencia habitual y permanente del usuario legal; la superficie máxima se amplía a 120 metros cuadrados útiles, la duración del régimen de protección oficial se reduce de 30 a 20 años y el plazo de descalificación voluntaria también se rebaja de 25 a 15 años.

El ritmo de reducción de stock se aceleró y a diciembre del 2014 de los 1.104 pisos vacíos, quedaban 503 sin ocupar. La mayoría de las viviendas a las que se ha logrado dar salida flexibilizando las modalidades de adjudicación pertenecen a la promoción de Toyo Ito, con 468 viviendas. De hecho, al menos el 63% de los pisos a los que se ha dado salida desde junio del 2012 forman parte de la obra que el japonés, ganador del premio Pritzker en el 2013 -que viene a ser algo así como el Nobel de la arquitectura- levantó en la zona oeste de la capital.

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