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De mar de viñedos a futuro desierto

De mar de viñedos a futuro desierto

Greenpeace utiliza una simulación fotográfica con una finca de viñas en el Penedés para alertar de las consecuencias del cambio climático sobre la viticultura

Jorge Alacid

Miércoles, 23 de abril 2014, 19:55

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Un suelo desértico, formado por terrones cuarteados que llevan tiempo sin conocer el agua de lluvia. Un paisaje desolado, con la vida animal casi proscrita, despojado de flora y fauna, un aspecto propio del Kalahari. Esa es la imagen que ofrecería una finca de viñedos del norte peninsular si el avance del cambio climático continuara imparable: esa es la imagen que ha publicado en su página web la organización ecologista Greenpeace como ejemplo de las funestas consecuencias que tendría para la agricultura los efectos extremos del deshielo del Ártico en España.

Junto a esta imagen, Greenpeace publica también el estado actual de ese paisaje, una hermosura de viñas situadas en el Penedés. Una y otra no tienen nada que ver, como es obvio. La idea es trasladar a la ciudadanía que nuestra conducta y, sobre todo, las políticas gubernamentales en todo el mundo desembocan en graves peligros para la supervivencia del planeta, incluidas las prácticas agrícolas tan propias de La Rioja. No es por lo tanto un mal ajeno para el porvenir de la Denominación de Origen ni para los viticultores riojanos: distintos expertos vienen advirtiendo desde hace tiempo sobre la conveniencia de tener en cuenta las derivadas del cambio climático sobre las cepas de la DOC. Sobre las cepas y, en consecuencia, sobre el propio vino.

Así, Manuel Ruiz Hernández, en un artículo publicado en Diario LA RIOJA el 15 de diciembre del 2004, ya alertaba de que variaciones en el fruto como aumento de grado y de potasio, pérdida de acidez, cambio de levaduras en el hollejo cuando madura... Aunque en líneas generales mostraba una visión halagüeña sobre la capacidad de adaptación de la vid ("Los cambios de nuestra viticultura son imputables al cultivo y ello nos permite optimismo en la conservación evolutiva", señalaba), en otro artículo de marzo del 2006 concluía: "Percibimos cambios en la uva (...) Existe un cambio climático que desconocemos si coincide con un marco cíclico natural. Y existe un cambio en los modos de cultivo (...) La tesis del cambio climático puede explicar el aumento de grado".

Una idea que, con algunos matices, suscriben otros especialistas. Es el caso de Alain Carbonneau, catedrático de la Universidad de Montpellier (Francia), quien entrevistado el año pasado por Diario LA RIOJA, avisaba: "El cambio climático sigue siendo una preocupación muy importante para la mayoría de la gente y también para la industria del vino. Es cierto que puede traer ventajas a determinadas zonas, o áreas, pero también problemas". Problemas como los observados en la pura simulación fotográfica que acompaña estas líneas; problemas comunes a otros ámbitos geográficos (Greenpeace ilustra su recreación con imágenes de Marbella, San Sebastián o Benidorm, tomadas por Pedro Armestre y Mario Gómez), que desvelan la vigencia del llamado efecto mariposa: lo que ocurre en un punto tan distante de La Rioja como el Ártico, donde Rusia acaba de empezar la extracción de hidrocarburos, acaba reflejándose en ese mar de viñedos que hoy nos maravilla. Mañana, quién sabe.

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