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Carles Salvador juega el balón ante la llegada de Julio Rico. Ambos pueden ser titulares esta tarde en Calahorra. :: justo rodríguez
La UDL se juega su tranquilidad
COPA DEL REY

La UDL se juega su tranquilidad

El cuadro logroñés acude a una cita peligrosa en la que se le exige ganar y en la que caer eliminado alimentará las dudas

José Martínez Glera

Miércoles, 31 de agosto 2016, 00:26

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logroño. «No me siento más presionado ni más o menos cuestionado, pero en el momento en el que no ganas, estás más obligado». Carlos Pouso está tranquilo. Es difícil que se le borre la sonrisa del rostro. Los años dan sabiduría y aunque no le gusta el inicio de la temporada sabe que diez meses dan para mucho. Ahora bien, también sabe que alguno se puede poner nervioso. No es su caso.

Lo cierto es que la UD Logroñés acude esta tarde a Calahorra (20.30 horas, La Planilla) para afrontar una nueva andadura en la Copa del Rey. En dos ocasiones ha llegado a medirse a equipos de Primera (Valencia y Sevilla). «La Liga me preocupa mucho más. En Copa tenemos el recorrido que tenemos, porque aspiras a jugar contra un equipo de Primera, pero también sabes que te vas a ir la calle. No tiene sentido hablar de con qué club te va a tocar. Ahora en la Copa hablamos del Calahorra porque es lo que nos preocupa. Es como si hablásemos del ascenso cuando lo que tenemos que hacer es centrarnos en el Majadahonda», indica.

La Liga. Esa es la preocupación. Igual piensan en Calahorra. La Liga. Quedar entre los cuatro primeros clasificados y jugar el play off. Y si es primero, como en el pasado ejercicio, mejor. El Calahorra aspira a salir del pozo de Tercera y la UD Logroñés del abismo de Segunda B. La Copa está hecha para que no la gane un pequeño, aunque nadie puede privar a ambos contendientes de vivir una tarde como la de este último día de agosto.

«Será un partido bonito e igualado. Espero que comencemos mejor que contra el Varea», señala Eduardo Arévalo, técnico del Calahorra, que no renuncia a ningún objetivo. «Eso sí, preferiría que viniesen de una dinámica ganadora porque tras la derrota del domingo llegarán más centrados y con ganas de resarcirse», añade.

Entre esos retos está eliminar a la UD Logroñés. Eso sí que sería da un golpe en la mesa. En Calahorra presumen estos días de fiestas y también de un dato: su poder en La Planilla. Los rojillos no pierden en su feudo en competición oficial desde el 26 de enero del 2014, cuando el Villegas ganó por 0-1 en Liga.

Arévalo pondrá sobre al césped a muchos de sus jugadores importantes para la Liga. Es la exigencia del de abajo. La UD Logroñés también ha pasado por esa situación y ha llegado un momento en el que ha recurrido a su once más habitual. «No vemos al Calahorra como un equipo de inferior categoría, sino como un rival. Con respeto, porque si no tenemos un problema. Es un buen equipo, pero cuando cambias te cuesta un poco más arrancar. A un partido, cualquiera te puede eliminar. A doble vuelta es más complicado», advierte Carlos Pouso.

El técnico anunció ayer que César Caneda no jugará esta tarde. «Tiene una sobrecarga en la espalda y en el tendón de Aquiles», desveló. Fran Pastor es otro de los jugadores con molestias. «Una sobrecarga en el bíceps femoral», indica Pouso. Ahora bien, quien sí saltará al campo será Thaylor. «Debe cumplir la sanción en Liga y no jugará el domingo, por lo que puede hacerlo hoy», añadió.

Al margen de estas aclaraciones, el once de los blanquirrojos es una utopía. Dará minutos a quienes menos han jugado en este inicio de temporada, pero el vasco también sabe que un adiós a la Copa en su primera batalla hará que sus enemigos se levanten. «Críticos siempre hay. El entrenador ideal no está ni en fabricación, sino en el departamento de I+D. La crítica va en el sueldo. No hemos ganado dos partidos, pero no hay ni más ni menos presión porque hay que ganar cada domingo. No me siento más presionado ni más o menos cuestionado, pero en el momento en el que no ganas estás más obligado. Si no vencemos no voy a echar la culpa a nadie. Cuando no ganamos, asumo lo que tengo que asumir», concluía.

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